28/7/09

2- La promesa de Gracia.

La promesa de Gracia.


Cristo como el Objeto de la FE.
De acuerdo a Calvino, el contenido del conocimiento de la FE es muy específico y reducido, no amplio y vago:

Porque en la inteligencia de la fe, no se trata solamente de que sepamos que hay un solo Dios, sino, y más aún, que comprendamos cuál es su voluntad respecto a nosotros. Porque no solamente hemos de saber qué es Él en sí mismo. Sino también cómo quiere ser para con nosotros. Tenemos, pues, ya que la fe es un conocimiento de la voluntad de Dios para con nosotros tomado de su Palabra.
IRC – III-2-VI


Ésta disposición de parte de Dios hacia nosotros está ligada a las promesas de gracia que Calvino y nosotros encontramos en la Biblia; aunque la Escritura no es exactamente el objeto de la fe. Para Calvino, la Escritura es la autoridad formal de la revelación especial de Dios, pero sólo Cristo es el centro de la fe salvadora y el objeto del conocimiento de la fe.


El fundamento de la FE
Calvino excluye elementos de la Escritura de su definición del objeto de la fe:

Mas como el corazón del hombre no es confirmado en la fe por cualquier palabra de Dios, hemos de investigar aún qué es lo que la fe considera propiamente en la Palabra… Con todo esto no negamos que el oficio de la fe sea dar crédito a la verdad de Dios siempre que hable, diga lo que diga. Lo que buscamos al presente es qué encuentra la fe en la Palabra de Dios, para apoyarse en ella.
IRC – III-2-VIII



Mientras la fe reposa en la Palabra de Dios, tiene la promesa de la misericordia de Dios como su enfoque principal.

Ponemos como fundamento de la fe la promesa gratuita de Dios, porque en ella se apoya propiamente la fe…
…[La FE] siempre comienza en la promesa; en ella se para, y allí acaba. Pues busca en Dios la vida que no se encuentra en los mandamientos, ni en las amenazas, sino únicamente en la promesa de la misericordia, y promesa gratuita; porque las promesas condicionales, en cuanto que nos remiten a nuestras obras, no prometen más vida que la que podemos encontrar en nosotros mismos.
Por eso san Pablo atribuye al Evangelio de modo particular el título de "palabra de fe" (Rorn.10:8); título que no concede ni a los mandamientos, ni a las promesas de la Ley. Y la razón es que no hay nada que pueda fundamentar la fe, sino esta [generosa] embajada
de la benignidad de Dios por la cual reconcilia al mundo consigo (2 Cor.5:18-20).
IRC – III-2-XXIX


La Grata Promesa de Misericordia.
Calvino hace una distinción importante, salvaguardando la revelación especial el explicar su postura:

Al decir, pues, que la fe ha de apoyarse en la promesa gratuita, no negamos que los fieles admitan y reverencien por completo la Palabra de Dios; únicamente señalamos como fin propio, al que la fe ha de tender siempre, la promesa de la misericordia. Los fieles han de reconocer también a Dios por Juez y castigador de los malhechores; sin embargo han de poner sus ojos especialmente en su clemencia; puesto que les es presentado como benigno y misericordioso, tardo a la ira e inclinado a hacer bien, suave y dulce para todos, y que derrama su misericordia sobre todas sus obras
IRC – III-2-XXIX


Los términos que Calvino usa para denotar la Promesa se encuentran a lo largo de toda la Institución:
Misericordia y Gracia - II-17-I
Favor Gratuito – III-21-VII y II-16-XI
Bondad y Gracia- II-7-IV
Amor Gratuito – III-21-V y II-17-I

Aunque la FE y la Escritura son 2 cosas separadas, son INSEPARABLES.
Calvino distingue entre la Escritura completa, que debe ser creída plenamente y acreditada por el Espíritu Santo, y la promesa de misericordia en Cristo, la sustancia de la escritura y el sólo objeto de la fe pero no debemos elegir uno en vez de otro sino afirmar y atesorar ambos. Calvino advierte acerca de nunca separar la FE de la ESCRITURA.


Sin la Palabra no hay fe. En primer lugar hemos de advertir que hay una perpetua correspondencia entre la fe y la Palabra o doctrina; y que no se puede separar de ella, como no se pueden separar los rayos del sol que los produce…
…si la fe se aparta por poco que sea de este blanco al que debe tender, pierde su naturaleza, y en vez de fe, se reduce a una confusa credulidad, a un error vacilante del entendimiento. Esta misma Palabra es el fundamento y la base en que se asienta la fe; si se aparta de ella, se destruye a sí misma. Quitemos, pues, la Palabra, y nos quedaremos al momento sin fe.

IRC – III-2-VI


En su comentario sobre Romanos, Calvino escribe:
“Ésta conexión entre la Fe y la Palabra debe ser bien entendida y cuidadosamente sostenida, ya que la FE no puede proveernos nada que ella no reciba de la Palabra”

IRC = Institución de la Religión Cristiana
Traducido y editado por Pbro. Samuel Hdz. Clemente de “Calvin on Faith Series”
Parte 2- de Justin Holcomb en www.theresurgence.com

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